La cadena de pizzerías estadounidense, muy presente en sus principales aeropuertos y centros comerciales, se declara de nuevo en suspensión de pagos. Es la segunda vez que lo hace en tres años y lo anuncia cuando no pasó un mes desde que comunicara el cierre del 40% de los restaurantes que opera en EE UU.
En esta ocasión procede al concurso de acreedores con un preacuerdo con el 98% de los inversores a los que debe dinero. La deuda se estima en unos 100 millones de euros. Eso anticiparía que pueda emerger de la reestructuración relativamente rápido. La franquicia, que cuenta con 2.700 empleados, también tiene locales en 40 países. No se espera el cierre de más locales en este momento.
El tráfico hacia sus restaurantes no para de caer, especialmente en los centros comerciales. Pese a las dificultades, la firma asegura disponer de una marca y un negocio con capacidad para crecer una vez saneadas sus cuentas. Pero, le será difícil competir con cadenas como Domino´s Pizza, Papa John´s o Pizza Hut, con presupuestos para campañas publicitarias mucho más potentes.
Fuente: El País.
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