La Alianza del Pacífico (Chile, Perú, Colombia y México) han acordado en la cumbre de Cali (Colombia) darse hasta el 30 de junio para acordar los detalles del desarme arancelario, que debe afectar en una primera fase al 90% del comercio entre los cuatro socios.
Juan Manuel Santos, anfitrión de la cumbre afirmo que a partir de julio más de la mitad de los productos tendrán arancel cero, mientras que el chileno Sebastián Piñera matizó que los próximos 37 días servirán para “afinar” el acuerdo, concretando la lista de productos excluidos, y el mexicano Enrique Peña Nieto indicó que no hay plazo para cumplir los trámites internos de ratificación del acuerdo. El propio Santos tuvo que calmar la inquietud de los agricultores y ganaderos de su país al asegurar que el desarme arancelario en ningún caso será “más rápido” ni “más agresivo” que lo ya previsto en acuerdos con terceros países. El horizonte final será, en todo caso, la eliminación de todas las barreras, incluidas las fitosanitarias.
También estuvieron de acuerdo en compartir embajadas (la primeras serán Ghana y Singapur) y ampliar la red de oficinas comerciales conjuntas. Entre la batería de acuerdos figura la creación de un fondo de cooperación o el lanzamiento de una segunda convocatoria de becas para los estudiantes de los cuatro países. De la cumbre salió también el compromiso de promover mecanismos de intercambio de información fiscal para luchar contra la corrupción y la evasión de impuestos.
Mientras avanza en la integración, se abre la puerta a nuevos socios. El primero será Costa Rica, con quien se ha acordado abrir conversaciones formales de adhesión, después de que su presidenta, Laura Chinchilla, firmara el miércoles un acuerdo de libre comercio con Santos, lo que era requisito previo. La lista de países observadores se ha ampliado con Francia, Portugal, Ecuador, El Salvador, Honduras, Paraguay y República Dominicana; lo que eleva a 16 los países que tienen tal condición. Los mandatarios se felicitaron del acercamiento de Quito, formalmente encuadrada en el eje bolivariano, en las antípodas ideológicas de la Alianza. Humala, a quien inicialmente se suponía próximo al ALBA, aseguró que se siente “cómodo” en la alianza, aunque busca relaciones amistosas con todos los países de la región.
La cumbre ha servido para que los presidentes aborden disputas bilaterales, como la que enfrenta a Perú y Chile por el límite de sus aguas y que ha llegado al Tribunal de La Haya.